En silencio, pero con pasos firmes, en 1995, arrancaba un ciclo único e irrepetible en nuestro fútbol y que tendría como protagonista a uno de los entrenadores más magníficos que dio la formación de futbolistas de sus etapas como juveniles en nuestro país: José Pekerman.
Una de las máximas alegrías que obtendría este equipo sería la obtención del Sudamericano disputado en Chile en 1997, más que nada porque significaría la ruptura de una racha negativa de 30 años sin poder festejar en esa competencia.
Ese año, el equipo de Pekerman, que también sería campeón del Mundo en Malasia, campeonato al que logró clasificar por su desempeño en este torneo festejaría uno de sus títulos más recordados en la categoría. Walter Samuel, Juan Román Riquelme y Pablo Aimar fueron parte del equipo ideal del campeonato.
El 7 de febrero de 1997, en el hexagonal final, Argentina igualaría con Paraguay 1-1 consagrándose campeón del torneo luego de tres décadas. Dos días antes había vencido a Chile 3-0 en Santiago y dentro del torneo había despachando a Brasil 2-0.
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