El presidente de Vélez, Sergio Rapisarda, y el jefe de Seguridad del club, Eduardo Capuchetti, declararon este jueves por escrito en la fiscalía especializada en Eventos Masivos de la Ciudad de Buenos Aires por la fiesta clandestina realizada por la barra brava en la instalaciones de la entidad de Liniers.
El festejo, autorizado por el club, se produjo la madrugada del 1 de abril pasado en uno de los quinchos del Polideportivo, sin que el lugar tuviera la correspondiente habilitación de las autoridades del gobierno porteño para un evento de esas características, informó el Ministerio Público Fiscal.
De acuerdo con la investigación, basada en las imágenes de las cámaras de seguridad, se estableció que no existió control de Vélez sobre la cantidad de asistentes, se transgredió ampliamente la franja horaria permitida para el festejo y se distribuyó una gran cantidad de bebidas alcohólicas, situaciones que implican una infracción a los artículos 202; 203 y 205 del Código Penal.
La Fiscalía evalúa también la responsabilidad de Adriano Daniel Mautone, socio de Vélez, de algunos referentes de la barra brava, denominada La Pandilla de Liniers, del cantante Elián Ángel Valenzuela, conocido como L-Gante.
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