El debut en el torneo doméstico como local le servía a Independiente para demostrar si se había curado del mal que lo había alejado primero del título y luego de la clasificación directa a la Libertadores. Pero la tendencia se mantiene. A tono con lo que fue el primer semestre, el Rojo volvió a dejar en claro que la localía le hace daño. Definitivamente le cuesta. En la segunda parte de la Superliga anterior, jugó 11 partidos de los que en ocho no pudo sumar de a tres (4 derrotas y 4 empates). Y en el arranque del nuevo campeonato, se vio sorprendido en el mismísimo Libertadores de América por Defensa y Justicia. Aunque no lo mereció, el equipo de Ariel Holan cayó 1 a 0. Primer éxito del Halcón en el campeonato y tres puntos que el Rey de Copas puede sentir a futuro.
En la primera mitad, el dominio fue alternado pero las situaciones de gol, escasas. La mínima diferencia que estableció Defensa estuvo en su oportunismo, pues en la primera clara, Nicolás Fernández demostró que es un delantero temible. Sobre los 33 minutos sacó tajada de una asistencia bárbara de cabeza de Barboza (le ganó en el salto a Franco) y ante la salida desesperada de Campaña, convirtió con zurdazo al primer palo. Enseguida el que lo tuvo fue Lisandro Martínez con un zurdazo desde afuera que tras rebotar en Domingo terminó incrustándose en el poste izquierdo.
#TNTSports | Ganó Barboza arriba, le bajó la pelota y Nico Fernández resolvió rápido ante el achique de Campaña. Sorpresa en la noche de Avellaneda.#Independiente �� #DefensayJusticia pic.twitter.com/lfE2ECM18n
— TNT Sports LA (@TNTSportsLA) 25 de agosto de 2018
En cambio Independiente careció de generación de juego (es otra cosa cuando no están Meza, a pesar de su flojo presente, y Benítez) y estuvo lento arriba ya que Gigliotti se dejó estar en dos chances en las que podía llevar peligro hasta Unsain. Igualmente el arquero del Halcón se lució ante Domingo y luego un cruce oportuno de Bareiro (la gente reclamó penal pero la pelota dio en su brazo que estaba pegado al cuerpo) ante remate de Benavídez.
En un solo campo
En el período complementario, el juego se orientó hacia la valla de Unsain. Defensa prácticamente renunció al arco rival y se dedicó a defender con todo la defensa conseguida. Independiente tuvo la pelota y el campo pero fue un compendio de imprecisiones. Así, sobraron los dedos de una mano para contabilizar las chances que, es justo reconocer, fueron muy claras. Por ejemplo la que tuvo Silva con un tiro libre que casi se cuela por el segundo palo o un remate de emboquillada de Silvio Romero que pegó en el travesaño.
Pero está claro que no era la noche de Avellaneda.
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