Luego de 16 años ininterrumpidos en la máxima categoría, Arsenal volvió a la B Nacional y el objetivo es uno solo: retornar rápido a la Superliga. Sin embargo, el regreso no fue el esperado: si bien fue un poco más que su rival, careció de vocación ofensiva y empató 1-1 ante Gimnasia de Jujuy, que tampoco estuvo a la altura en Sarandí. Para el equipo de Sergio Rondina, el empate fue un aviso de que tendrá que mejorar si quiere estar en el lote de los de arriba.
Un rato de inspiración
El arranque del equipo del Huevo fue a todo trapo. Se hizo con el control de la pelota, arrinconó a su rival y marcó rápidamente el gol que lo puso en ventaja en el marcador. Tras un remate de Ramiro López, Juan Manuel García aprovechó el rebote que dio el arquero Limousin y metió el 1-0. Todo parecía color de rosas para el Arse. Sin embargo, un error defensivo (el único de la tarde) lo dejó solo a Contín, que definió ante la salida de Gagliardo y estableció la paridad en el resultado.

Ya en el complemento, el trámite se transformó en una meseta. Nada por aquí, nada por allá. Recién el local se acordó de que podía ganarlo en los últimos minutos. Y de hecho, contó con dos claras para quedarse con los tres puntos. Primero lo tuvo Cérica, que la tiró por arriba cuando estaba solo frente al arco. Y cuando faltaba poco para el cierre, fue Lomónaco el que se lo perdió, tras rematar por encima del travesaño y sellar en el resultado en Sarandí, en donde Arsenal tuvo una bienvenida agridulce en su regreso a la B Nacional.
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